Contrapunto

Cultura, arte y participación.
Conectamos a jóvenes con el arte y la cultura de la Ciudad de México.

El arte de ser sociedad

Por: Martín Gutiérrez

4/30/2025 2 min read

En México solemos sentirnos orgullosos de nuestra historia y de las tradiciones que nos definen como pueblo.
Sin embargo, si miramos con más detenimiento, notaremos una preocupante desconexión con la cultura en la vida diaria. No hablamos de la ausencia de fiestas o zonas arqueológicas, sino de una falta de acceso real a expresiones artísticas y espacios culturales, así como de una valoración limitada de la cultura como parte esencial del desarrollo personal y social.

A menudo se piensa que la cultura es un lujo, algo reservado para las élites o para momentos de ocio; pero... esta idea, lejos de ser inocente, es peligrosa porque limita nuestro crecimiento como sociedad.

La cultura, ya sea a través de la música, la literatura, el teatro, la danza o las artes visuales, no es un adorno. Es un alimento para el espíritu. Nos ayuda a entendernos mejor, a ponernos en el lugar del otro, a pensar con mayor profundidad y a fortalecer nuestra identidad.

La escasa inversión en infraestructura cultural, la educación artística casi inexistente en muchas escuelas y la falta de políticas públicas sólidas han contribuido a esta brecha. En la actualidad aún hay comunidades enteras sin acceso a bibliotecas, centros culturales o espacios para crear y compartir arte. Esto genera una desigualdad que nos empobrece a todos.

La responsabilidad de cambiar esta realidad no es solo del gobierno, las familias, las escuelas, las organizaciones civiles y los medios de comunicación, por supuesto que sí tienen un papel clave; sin embargo, fomentar la lectura, apoyar a los artistas locales, asistir a eventos culturales y hacer de la cultura parte de lo cotidiano es tarea de todos.

Invertir en cultura es construir un México más crítico, más creativo y más humano. Es sembrar hoy lo que nos hará mejores mañana.

La dictadura de lo instagrameable: ¿Cuándo la experiencia mata al arte?

Por: Martín Gutiérrez

1/30/2025 2 min read

En la era del scroll infinito, las exposiciones de arte se enfrentan a un nuevo reto: la cámara del teléfono. Ya no basta con la propuesta estética, el discurso o la trayectoria del artista. Lo que importa es si la obra "queda bien en Instagram".

Este fenómeno revela una profunda crisis en nuestra manera de relacionarnos con el arte contemporáneo. La reciente exposición de Gabriel Orozco en el Instituto Politécnico Nacional es un ejemplo perfecto de ello. Orozco, uno de los artistas mexicanos más influyentes a nivel internacional, instaló en el Museo Jumex obras que dialogan con la ciencia, la técnica y la cotidianidad de una comunidad universitaria. Sin embargo, a pesar de su relevancia conceptual, la muestra no se viralizó. No por falta de calidad, sino por falta de "fondos bonitos". No es colorida ni ofrece rincones "instagrameables". No hay neones, salas de espejos, ni instalaciones inmersivas con luces LED.

Esto dice más sobre nosotros como público que sobre los artistas. Nos hace replantearnos si estamos asistiendo a un espacio artístico tan solo para obtener buenas fotos para publicar. Actualmente, las exposiciones que más público atraen son aquellas que permiten "vivir la experiencia" sin tener que analizar demasiado.

El arte, así, se convierte en un fondo de pantalla, en una prueba social de un estilo de vida. Esta tendencia reduce el papel del espectador a un consumidor pasivo de estímulos visuales. ¿Dónde queda el diálogo con la obra? ¿El tiempo de contemplación? ¿La incomodidad que provoca una pieza que no entendemos de inmediato?

Gabriel Orozco lo sabe y por eso su trabajo no busca agradar, sino activar el pensamiento. Su exposición incomoda, ya que nos obliga a salir de las exposiciones tradicionales y, peor aún, no da buenas fotos para las redes.

Es urgente cuestionar la superficialidad con la que muchas veces nos acercamos al arte. No todo lo valioso tiene que ser compartido en una "story". No toda buena exposición tiene que venir con un filtro; a veces el arte que más importa es el que no puedes fotografiar bien, porque está hecho para ser pensado, no para ser consumido.

Reivindicar este tipo de propuestas es también defender una idea del arte como espacio de reflexión y no de espectáculo. Orozco nos está dejando un mensaje claro: si solo asistimos a las exposiciones por la foto, no estamos viendo arte; nos estamos viendo a nosotros mismos.

woman wearing yellow long-sleeved dress under white clouds and blue sky during daytime

Tinta Libre me inspiró a explorar más sobre el arte y la cultura en la ciudad.

Sofía R.

Block letters spelling 'SOCIAL MEDIA' arranged on a dark textured background.
Block letters spelling 'SOCIAL MEDIA' arranged on a dark textured background.

Las entrevistas y reportajes son fascinantes, realmente conectan con la juventud y el arte contemporáneo.

Luis M.

A dark room is filled with people viewing a digital art installation featuring cascading virtual waterfalls against an ethereal backdrop. The artwork is interspersed with vivid floral patterns, creating a vibrant and immersive environment.
A dark room is filled with people viewing a digital art installation featuring cascading virtual waterfalls against an ethereal backdrop. The artwork is interspersed with vivid floral patterns, creating a vibrant and immersive environment.
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