
Donde la Opinión Toma Forma
Fomentamos la participación activa y el pensamiento crítico en un mundo saturado de información.
Comentario Editorial
Hacer periodismo no es solo redactar noticias.
Es escuchar, equivocarse, preguntar otra vez, correr detrás de una fuente que ya no contesta y, muchas veces, enfrentarse a uno mismo. En Tinta Libre, un medio hecho por estudiantes de comunicación, hemos aprendido que el oficio periodístico también es una experiencia profundamente humana y de constante aprendizaje.
Hacer la nota en Tinta Libre fue una auténtica prueba de fuego.
Aunque al inicio contábamos con bases teóricas para redactar y organizar la información, enfrentarnos a la práctica nos sacó de la zona de confort. Recoger datos, confirmar fuentes y cumplir con la inmediatez de la noticia nos mostró que decir mucho en pocas palabras no es tarea sencilla.
Recuerdo las discusiones con el equipo sobre cuál sería la mejor noticia para trabajar cada semana: buscábamos temas con el potencial de convertirse en notas que realmente aportaran valor al lector. Fue ahí donde entendimos que la selección del tema es tan importante como la redacción misma.
Este proceso nos hizo darnos cuenta de lo demandante y, a la vez, emocionante que puede ser el periodismo informativo: correr contra el tiempo y mantener la precisión, algo que requiere temple y compromiso.
La columna fue un espacio de autocrítica y reflexión.
Una visita a varios museos para buscar material detonó en nosotros una reflexión inesperada: la gente estaba más interesada en tomarse la foto perfecta que en mirar las obras. Esa anécdota se convirtió en el corazón de una columna que nos hizo cuestionar si los museos han perdido su esencia como lugares de contemplación y encuentro con el arte.
Escribirla no fue fácil; no queríamos sonar moralistas ni alejarnos de nuestra propia experiencia (también nosotros hemos caído en esa lógica de “la foto antes que la obra”). Fue un ejercicio de honestidad: reconocimos que, en ocasiones, nosotros mismos contribuimos a ese fenómeno.
La columna se volvió, entonces, un recordatorio de que el periodismo cultural también es una invitación a mirar de verdad, a detenernos y a repensar nuestros propios hábitos.
La entrevista fue, sin duda, la sección más complicada de todo este proceso.
Conseguir que alguien accediera a hablar con nosotros fue un reto constante. Muchos contactos no contestaron y otros nos dijeron que, por políticas de los museos, no podían darnos entrevistas.
Tuvimos que cambiar de entrevistado en varias ocasiones y, al final, solo logramos conseguir dos entrevistas por escrito. Esta experiencia nos enfrentó a una de las realidades más crudas del periodismo: a veces las puertas están cerradas, y hay que buscar la forma de contar la historia, aunque sea desde otros ángulos.
Fue frustrante, pero también nos enseñó a perseverar y a ser creativos para no abandonar el tema que nos interesaba.
Escribir el artículo en Tinta Libre fue como navegar un mar de datos, versiones y opiniones.
Cada tema nos exigía investigar a fondo, contrastar fuentes y armar un texto que fuera claro, pero que al mismo tiempo mantuviera la voz del autor.
En el aula se sentía como estar en una redacción real: la presión del tiempo, las revisiones, las dudas sobre si el texto quedaba bien o si había que reescribirlo. Recuerdo que, en los momentos de bloqueo, siempre había alguien del equipo dispuesto a leer lo que escribíamos y darnos retroalimentación.
Esa dinámica nos hizo sentir parte de algo más grande: un equipo que se apoya y que busca la mejor versión de cada texto, construyendo un sentido de pertenencia y comunidad.
El reportaje fue, sin duda, el reto más emocionante y desafiante.
Pensé que solo se trataba de investigar y escribir, pero fue mucho más. Visitar la exposición de Gabriel Orozco me hizo confrontar mis propias ideas sobre el arte. A veces me sentí perdido, dudando si lo que veía “tenía sentido” o si simplemente no lo estaba entendiendo.
Pero descubrí que el periodismo también es honestidad: contar lo que uno siente, lo que uno no comprende y lo que uno descubre.
Lo mismo sucedió con la exposición Amazonia: me sobrecogió y me obligó a escribir desde lo emocional, más que desde lo racional. Este proceso me enseñó que el periodismo cultural no solo informa, sino que también conecta al lector con las emociones más profundas, ofreciendo una experiencia que va más allá de lo informativo.
A lo largo de este ejercicio, descubrimos que el periodismo no es solo teoría: es práctica, emoción, frustración y aprendizaje constante.
Cada sección —la nota, la columna, la entrevista, el artículo y el reportaje— nos dejó una lección única y valiosa.
Aprendimos que detrás de cada texto hay horas de esfuerzo, dudas y debates, pero también la satisfacción de ver nuestro trabajo publicado. En Tinta Libre, más que un medio, encontramos un espacio de crecimiento, donde cada dificultad se convirtió en una oportunidad para aprender y mejorar.
Al final, entendimos que el periodismo cultural no solo cuenta historias: también nos enseña a mirar el mundo con otros ojos y, sobre todo, a contar historias que importan.
Editorial por: Itzel Ximena Zárate Liberato


10/06/2025 3 min read


Tinta Libre | © 2025
Explora. Conecta. Comparte. Cultura joven en movimiento.
📍 Donato Guerra 5, Juárez, Cuauhtémoc, 06600 Ciudad de México, CDMX| ✉️ contacto@tintalibre.mx
Arte
Jóvenes
Editor en jefe: Zárate Liberato Itzel Ximena
Archivo: Iniesta Bolaños Angel Lucero
Reportero: Gutiérrez Cruz Martín Leonardo
Fotógrafo: Montiel Cuellar Elliot Uriel
Corrección de estilo: Campos Medina Carlos Samuel
contacto@tintalibre.com
55 1109 5612
© 2025. All rights reserved.
Todos los materiales visuales y textuales utilizados en esta publicación son propiedad de Tinta Libre y están protegidos por las leyes de derechos de autor.
No podrán ser utilizados bajo ningún motivo sin una autorización expresa previa.